ARZOBISPO: " LA FORMACIÓN EN VALORES ES UN DEBE DE LA SOCIEDAD URUGUAYA"

20.04.2014 17:16

DOMINGO DE PASCUA

Arzobispo: "La formación en valores es un debe de la

 sociedad 

 

uruguaya"

Daniel Sturla aseguró que las discusiones sobre la regulación de la marihuana, la sociedad consumista, la violencia doméstica, la prostitución infantil se dan por un "gran vacío espiritual, por pérdida de valores".

Misa carismal de Sturla. Foto: María Inés Hiriart


El arzobispo de Montevideo, Daniel Sturla, dijo que "la formación en valores es un tema que nos preocupa a todos los uruguayos".dom abr 20 2014 11:44


Al ser consultado por radio Monte Carlo en este Domingo de Pascua, Sturla indicó que "si bien nosotros queremos que mejore la educación en Uruguay también queremos una apertura a la dimensión espiritual, a la dimensión trascendente, a la dimensión religiosa, eso es distinto para toda la sociedad, pero preocuparnos por los valores creo que es un debe de la sociedad uruguaya".

En su mensaje de Pascua, el arzobispo se preguntó: "Discutimos si está bien o no la regulación de la marihuana, nos quejamos de la sociedad consumista, nos horrorizamos por los casos de violencia doméstica o de prostitución infantil, pero estas situaciones se dan en el trasfondo de un gran vacío espiritual, o, como muchos llaman, de una pérdida de valores en nuestra sociedad. ¿Hacemos algo para remediarlo?".

Sturla agregó "se habla a nivel político de los problemas de nuestra educación. Y aunque aparece aquí y allá el tema de los valores, la mayoría de las discusiones se refieren a la caída en el nivel de conocimientos de nuestros chicos. Pero, ¿tenemos en cuenta su formación espiritual? ¿Nos ocupamos realmente de ayudarles a construir un sentido de vida y un proyecto que los realice como personas y ciudadanos? ¿O reservamos la 'asistencia espiritual' para la cárcel y los centros de rehabilitación de adicciones?".

El arzobispo considera que el “Protocolo de la vida y atención religiosa en las cárceles” es "un avance", ya que la sociedad civil y el Estado reconocen "la necesidad espiritual de nuestros hermanos que están privados de libertad. Muchos de ellos son jóvenes. La alegría del paso dado me trajo, con todo, cierta tristeza. Pensé: si esa asistencia espiritual la hubieran recibido antes de caer en la cárcel, ¿estarían allí ahora?"