ENTREGA DE VIVIANA PALEVSKY
Las palabras que evité...
El trabajo más arduo y apasionante del escritor es corregir.
Una tarea denodada, donde con un tiempo que no se cuenta, se lee el texto, se selecciona la puntuación, se siente cada palabra, hasta que, el pentagrama de composición expone una melodía que nos lleva a transitar caminos insospechados.
En esa selección de verbos, sustantivos, adjetivos, nexos y copulativos, se hallan las palabras que usamos.
Escribimos como hablamos y de la boca de los personajes salen las formas que comúnmente el narrador y el escritor utilizan.
Imbuida de esta majestuosa tarea de corregir mis propios textos, desde hace tiempo intento evitar palabras tales como: Pero, no, ésta es, nada más que, porque sino…
Las utilizo solo si son irremplazables, y hago el ejercicio de buscar otras contengan aquello que quiero expresar, para que esas palabras no sean imprescindibles,
De tanto trabajar en los textos, he podido realizar el trabajo inverso, las he quitado de mi oralidad y puedo decir por ejemplo: “Paró de llover hace horas, aunque (pero) el sol aun no salió.