LOGRARON EXTRAER DEL MAR UNA DE LAS CAJAS NEGRAS DEL AVIÓN DE AIR ASIA.
TRAGEDIA AÉREA
Lograron sacar del mar una de las cajas negras del avión de
AirAsia
La caja negra ahora se limpiará y examinará para en un mínimo de dos días acceder a la información que contiene. La descarga completa de toda la documentación llevará unas dos semanas, en caso de que el equipo no se haya dañado por el accidente.
Los equipos de rescate indonesios recuperaron este lunes la caja negra que guarda los datos de vuelo del avión de AirAsia que se estrelló con 162 personas a bordo en el mar de Java el pasado 28 de diciembre.
El dispositivo fue sacado de debajo de una de las alas del Airbus 320-200 siniestrado, reveló el director de la Agencia Nacional de Búsqueda y Rescate (Basarnas) de Indonesia, Bambang Soelistyo, según los medios locales.
El funcionario señaló que la caja negra se limpiará y examinará en Yakarta, donde, según los expertos, se podrá en un mínimo de dos días acceder a la información que contiene, aunque la descarga completa de toda la documentación llevará unas dos semanas si es que el equipo no ha resultado dañado por el accidente.
El registro de vuelo, que ofrecerá entre otros datos la altitud, la velocidad y el peso, permitirá esclarecer qué le sucedió al avión de la línea de bajo coste AirAsia.
La otra caja negra que llevan los aviones comerciales, la que contiene las grabaciones de las conversaciones en la cabina, también ha sido localizada a unos 20 metros de la anterior y hoy se trabajó en sacarla del mar.
Ambos dispositivos, de color anaranjado en vez de negro, fueron detectadas el domingo en el mar, a una profundidad de entre 30 y 32 metros, pero no pudieron se sacados porque se encontraban atrapadas entre restos del aparato.
Olas de varios metros, las fuertes corrientes marinas y el vigoroso viento dificultaban hoy, una jornada más, las operaciones de búsqueda y rescate.
Un total de 29 embarcaciones y 13 helicópteros de distintos países, incluidos Estados Unidos, China, Singapur y Malasia, tienen la misión de recuperar los cadáveres de los 162 ocupantes del avión.
Los equipos de rescate han sacado del mar 48 cuerpos y se han identificado oficialmente 32 de ellos hasta la fecha, en un procedimiento que llevan a cabo forense especializados en Surabaya, la ciudad de la isla de Java de donde despegó el avión y donde se encuentran muchos de los familiares de las víctimas.
Las autoridades creen que la mayor parte de los cadáveres que restan por encontrar pueden estar atrapados en el fuselaje del aparato.
Los equipos de búsqueda tienen pendiente verificar varios objetos localizados, uno de ellos de diez metros de largo que podría corresponder al cuerpo principal del Airbus siniestrado.
El coordinador de las operaciones, el indonesio Supriyadi, adelantó que el examen de los restos recuperados apunta a que la aeronave se partió con el impacto contra el mar.
El avión del vuelo QZ8501 de AirAsia despegó de Surabaya en la madrugada del 28 de diciembre y tenía previsto aterrizar unas horas más tarde en Singapur, pero se estrelló en el mar al sur de la isla de Borneo unos cuarenta minutos después de partir.
El aparato transportaba tres surcoreanos, un británico, un francés (copiloto), un malasio, un singapurés y 155 indonesios, entre pasajeros y una tripulación de siete personas.
Pilotaba el capitán Iriyanto, de nacionalidad indonesia, un experimentado profesional con 23.000 horas de vuelo, 6.000 con Indonesia AirAsia, y la aeronave había pasado su última revisión de mantenimiento en noviembre.
El piloto llamó a medio camino a la torre de control en Indonesia y solicitó permiso para virar a la izquierda y subir desde los 32.000 pies de altitud (9,76 kilómetros) hasta los 38.000 (11,59 kilómetros) para evitar una tormenta.
Las tormentas son frecuentes en esa región en esta época del año, la de mayores precipitaciones de la estación lluviosa.
La torre de control aprobó el viraje en el momento pero no pudo restablecer el contacto cuando unos minutos después llamó al piloto para aprobar el ascenso, aunque solo hasta los 34.000 pies.
Las autoridades indonesias han establecido una indemnización de unos 100.000 dólares por cada una de las víctimas mortales.