Además, no pocos colonienses se transformaron en proveedores de las empresas y trabajadores de la obra.
Fueron dos años de actividad ininterrumpida y consumo altísimo para las distintas localidades que rodean el emprendimiento fabril. Para muchos fue el momento de hacer la diferencia, otros se jugaron y no pudieron sacar una tajada.
Fue el fenómeno Montes del Plata. Dicen que pasó "como una exhalación" y ahora "hay que volver a la realidad".
La planta de Montes del Plata ya está en funcionamiento; durante el período de construcción pasaron por el departamento de Colonia por lo menos 10.000 personas. La empresa invirtió unos 1.900 millones de dólares. Para la economía local fue como un aire de riqueza que entraba sin percibirse.
Aquel movimiento ya pasó y todo vuelve a la normalidad.
Para el presidente de la Cámara Inmobiliaria de Colonia, Richard Brunelli, ahora se vive "una situación totalmente distinta a la que tuvimos durante dos años mientras se construyó Montes del Plata. Hay mucha oferta para alquileres y venta, y muy poca demanda".
A esto se suma el efecto negativo de la fuerte caída en la economía de Argentina, según explicó el empresario. Todo esto "nos lleva a un escenario en que tenemos que acomodarnos a la nueva realidad", señaló.
Desde que llegó Montes del Plata, los operadores inmobiliarios, sabían que los precios "no iban a ser los habituales".
"Salíamos de la realidad, trabajaríamos con valores que no veríamos más adelante, y que el efecto iba a pasar", señaló.
Baja.
Tras el final de las obras los alquileres "han bajado entre un 15 o 20% y la tendencia va en esa dirección. Aquellas fincas de dos o tres dormitorios que estuvieron alquiladas por los US$ 2.000, hoy valen alrededor de 14.000 pesos".
Se dio el caso de la construcción de apartamentos para alquilar. La idea de los inversores era alquilar los apartamentos a los colonienses cuando terminara la obra. Allí los precios pasaron de unos $ 15.000 en la obra a $ 9.000 en la actualidad.
Algunos inversores argentinos apostaron a esta modalidad y no pudieron desquitar lo que gastaron y ahora están dispuestos a vender, según Brunelli.
El empresario reconoció que son "muchos" los argentinos que oportunamente compraron o invirtieron y que ahora están intentado hacerse de efectivo. Sobre esto, reconoció que a los inversores de la vecina orilla los perjudicaron varias cosas, entre ellas su propia situación interna y el acuerdo de información tributaria con Uruguay.
Con respecto a aquello que fue un boom, "ahora queremos reacomodarnos, estamos trabajando para apuntar a otros públicos y ver", expresó. Hizo hincapié en que se está en un período de "quietud notoria".
Negocio.
El barrio El General es el nuevo centro de expansión de Colonia. Desde hace unos diez años el barrio va creciendo y actualmente tiene unos 8.000 habitantes estables, con vistas de seguir aumentando.
Durante la construcción de Montes del Plata el barrio recibió a unos 1.500 nuevos habitantes, en su mayoría obreros.
Fue en ese barrio donde Montes del Plata construyó 150 viviendas que los obreros utilizaban para su estadía en el departamento. En total eran un millar de personas que vivieron allí durante dos años. Se suman además, otras 500 personas que vivían en la zona alquilando fincas particulares.
Un empresario se jugó a abrir un comercio dedicado a la venta de productos variados, tales como herramientas, colchones y fracasó. El local estaba instalado en plena avenida Fernando J. Carballo, en el centro del barrio El General.
En ese caso, las expectativas puestas en el proyecto y en el fenómeno Montes del Plata no alcanzaron a colmarse ya que las ventas no fueron buenas.
Un carrito denominado "Sabrosas" también se abrió frente a las viviendas y el negocio fue funcionando mientras había gente; después debió cerrar sus puertas.
Sin embargo, Oscar Espino, un comerciante del barrio, tiene una historia distinta. Relató que su periplo comercial lo llevó en los últimos diez años a "aggiornarse" al nuevo tiempo.
"Hemos ido mejorando los servicios, incrementando los rubros de ventas, hasta tener ahora todo lo necesario para el cliente", dijo. Reconoció que durante la construcción de la pastera el incremento del negocio llevó a que las ventas fueran superiores en un 40%.
Alcohol.
La venta de bebidas alcohólicas también aumentó casi un cien por ciento en el barrio El General. El propietario de un negocio de ese ramo, que no quiso dar su nombre, reconoció que su comercio vendía cinco casilleros de cerveza todos los días, y el incremento de bebidas como whisky, vodka y ron volvió a cero "ahora que los gringos se fueron".
"Pero eso ya lo sabíamos, y un poco estábamos preparados", expresó coincidiendo con Espino en que "la convivencia fue buena y salvo alguno que dos por tres se tomaba algunas de más y perdía la cabeza, no había problemas".
Este fue un tema también reconocido por ambos comerciantes, porque la empresa tomaba medidas inmediatamente en casos de indisciplina y devolvía a su país a quienes cometían faltas.
"Me parece que la gente vino aquí a trabajar, a hacer su diferencia, vivir lo mejor que podían y luego retirarse", agregó Espino, en alusión a que los gastos en la mayoría de los casos correspondían a comestibles o bebidas.
Ahora, el barrio ha vuelto a la normalidad, son muy pocos los obreros que quedan. Es tal el punto que no alcanzó a cuantificarlos, "pero lo cierto es que ya volvimos a lo de antes", una posibilidad para la que ya estaban preparados.
Panchos.
José González es un trabajador zafral que con su carrito de venta de panchos también hizo su negocio. Durante dos años, vendía unos setenta panchos diarios, lo que le significaba mejorar su entrada.
"No fue algo como para hacerse rico, pero en verdad que me sirvió. Ahora ya todo volvió a la normalidad", señaló el trabajador que se está dedicando a hacer diversas changas, "en lo que salga, incluso vendiendo maní", contó a El País.
Tranquilidad.
Un matrimonio mayor, sin hijos, hizo la diferencia y se aseguró un capital que le permitirá estar tranquilos durante su jubilación.
Tienen una casa grande en las afueras de Colonia. Durante el período de construcción se fueron a vivir a su casa de veraneo en el balneario y lograron alquilar su casa en Colonia a US$ 3.000 por mes.
Consultado por El País el propietario hizo cuentas. Calculó que "entre impuestos, comisiones y demás, se van unos 500 dólares por mes". A eso se agregan los gastos por el traslado diario a Colonia. Deducidos los gastos, quedaron unos US$ 2.000 libres por mes.
La casa estuvo alquilada 24 meses, por lo que se quedó con una ganancia de US$ 48.000.
El hombre contó que parte del dinero lo gastó "en algunos detalles, pero por sobre todo, dejar una cuentita que cuando llegue la jubilación definitiva, nos tenga tranquilos".
Otra familia coloniense alquiló su casa de tres dormitorios ubicada en el Real de San Carlos en US$ 2.500 y consiguió una más pequeña en el centro de Colonia por $ 15.000. "Nos ahorramos unos 30.000 dólares que vinieron bien. Ahora hemos vuelto a nuestra casa", dijo el jefe de familia.
Invirtió en su casa para alquilarla y no encontró clientes en la obra
La obra de Montes del Plata provocó que muchos colonienses buscaran la forma de hacer su negocio y así aprovechar una zafra interesante. Uno de esos casos fue el de una persona que no tuvo mucha suerte en su emprendimiento. El hombre en cuestión invirtió en su casa unos US$ 7.000 en distintas reparaciones. Buscaba "dejarla en hoja", según dijo a El País.
Su familia tiene una vivienda importante en un barrio residencial de Colonia. Tiene espacio para ampliar hacia el fondo por lo que recicló una pieza atrás y construyó una habitación a la que adosó cocina y baño.
La idea de la familia era alquilar la casa de adelante por una suma que creían podría llegar a los US$ 2.500 y vivir dos años en el fondo en la nueva construcción, lo que podría significar recuperar la inversión y hacer una pequeña diferencia. Lo cierto es que nada de eso ocurrió y la casa no se pudo alquilar.
Durante el período de obra no hubo oferentes y hoy en la pieza construida vive el hijo mayor. "Por lo menos así le doy una mano, me paga un pequeño alquiler y voy recuperando lo que puse", dijo el propietario que vivió una experiencia diferente.
LOS NÚMEROS DE MONTES DEL PLATA
-Montes del Plata comenzó a construirse en mayo de 2011 en Punta Pereira, situada a medio camino entre Colonia de Sacramento y Carmelo, y a solo 7 kilómetros de la localidad de Conchillas. La inversión, de US$ 1.900 millones aproximadamente, fue la mayor en la historia uruguaya.
El predio donde se alza la planta, sobre las costas del río Uruguay, tiene 360 has, y algo más de 200 contruidas. Su producción va a ser de 1.300.000 toneladas de pulpa de celulosa seca por año.
-La construcción de la planta dio trabajo regular a unos 3.100 obreros, el 89% de los cuales eran de nacionalidad uruguaya. También dio trabajo a argentinos, brasileros, mexicanos, españoles, chilenos, canadienses, belgas, finlandeses, suecos, paraguayos,
peruanos, norteamericanos, italianos, alemanes y portugueses. La porción mayor de los trabajadores uruguayos
-cerca de un millar-, ha sido mano de obra de Colonia.
-En el punto más alto de las tareas de construcción, la cantidad de operarios alcanzó un pico cercano a los 6.000 trabajadores, entre obreros, técnicos e ingenieros.
-Esa alta demanda de mano de obra y de servicios, tuvo un gran impacto en toda la cadena de consumo, incluyendo comercios, inmobiliarias, hotelería y transporte, desde la capital departamental hasta la pequeña Conchillas.
-Montes del Plata maneja cerca de 147.000 has forestadas, incluyendo plantaciones en campos de terceros. La empresa posee plantaciones forestales en 11 departamentos y aproximadamente un 35% de su patrimonio se destina a la conservación y otros usos, incluyendo la protección y mejora del monte nativo.