TABÁREZ Y LA REFUNDACIÓN DE LA CELESTE.
Tabárez y la refundación de la celeste
Con una profunda transformación, que no solo abundó en el trabajo dentro del campo sino también fuera -en la forma de ser profesionales-, el DT promovió una generación que dejó de vivir del pasado y cambió las páginas sepias de los libros de historia por el color de Forlán, Lugano y Suárez. En 30 años podrás decir yo vi a estos fenómenos.
Lugano, Suárez y Forlán
Allá por marzo de 2006, cuando Óscar Washington Tabárez volvió a la Asociación Uruguaya de Fútbol como entrenador de la selección mayor, la celeste andaba a los tumbos. Un Mundial sí, dos no. Un partido empatado y dos perdidos en la Copa del Mundo. Uno, dos, tres y hasta cuatro técnicos por Eliminatorias. Maracaná hacía cada vez más pesada la mochila, porque el tiempo transcurría sin que ninguna generación, incluso las que estuvieron llenas de figuras de primera línea, pudieran acercarse al logro de 1950.
Uruguay, viviendo del pasado, creció en las décadas de 1980 y 1990 mirando las estadísticas -que tanto valor adquirieron en esos tiempos-, regocijándose con la historia, sufriendo el presente y añorando los tiempos de Ángel Romano, el jugador que durante medio siglo y hasta los años 1980 fue el que más partidos disputó con la celeste. O los de Héctor Scarone y el propio Ángel Romano, que allá por la década de 1920, a comienzos del siglo XX, se apropiaron de la tabla histórica de goleadores y se afincaron sin que nadie les pudiera inquietar.
Hasta 2006 la selección se encargó de potenciar a los estadísticos. Sin embargo, aquella tarde otoñal que Tabárez ingresó con una carpeta en sus manos que contenía el proyecto de “Institucionalización de los procesos de las selecciones nacionales”, Uruguay comenzó a recorrer un nuevo camino, que no estuvo exento del drama de siempre después de la derrota ante Perú en el estreno de la Copa América de 2007. A pesar de ello, el tiempo luego le daría la oportunidad al entrenador de educar y de transformar las malas costumbres de un fútbol que sufría por su pasado glorioso y su presente sufrido.
La renovación y el cambio cultural. Caras nuevas, hábitos nuevos. La transformación de Tabárez no solo fue futbolística, trascendió el hecho de preparar una buena estrategia o seleccionar a los jugadores adecuados. Cambió formas. Costumbres. Estableció reglas que los jugadores aplicaban en el profesionalismo europeo pero de las que se apartaban en la amateur selección uruguaya apenas pisaban el Complejo de la AUF, como si acá no recorrieran el mismo camino que allá.
La tarea no fue sencilla. Más bien resultó titánica. Tabárez resistió cuatro presidentes en la AUF y, tras procesar un cambio generacional y la fortuna que necesita cualquier proyecto (Lugano, Forlán, Suárez), completó la obra soñada y empezó, en una transformación increíble, a proponer una nueva lectura de las tablas históricas. Desempolvó los libros y escribió en presente el pasado. Como si la historia ya no solo debía leerse en libros en sepia sino en páginas a colores.
Jugadores con más partidos disputados.
Entonces, en un largo recorrido, sumando partido a partido en un trabajo silencioso, ahí se fue metiendo Diego Forlán como buque insignia de la nueva generación en las estadísticas llenas de históricos. Entonces, Ángel Romano, el jugador con más partidos disputados hasta la década de 1980, y Rodolfo Rodríguez, Enzo Francescoli, Fabián Carini y el Chino Recoba, pasaron a formar parte de la historia. Y ahí aparecieron Diego Lugano, Maximilano Pereira, Diego Pérez, Diego Godín, Luis Suárez, Sebastián Abreu, Cristian “Cebolla” Rodríguez.
Ocho de los 10 jugadores con más partidos disputados, pertenecen a la generación que disputó las últimas Eliminatorias y que jugará el Mundial de Brasil.
En las estadísticas de Willy Viola se puede repasar que los jugadores con más partidos en la historia de la AUF, son:
Diego Forlán, 109
Diego Lugano, 94
Maximiliano Pereira, 89
Diego Pérez, 89
Rodolfo Rodríguez, 78
Diego Godín, 77
Luis Suárez, 77
Fabián Carini, 74
Enzo Francescoli, 72
Cristian Rodríguez, 72
Sebastán Abreu, 70
Ángel Romano, 70
Los goleadores históricos.
El efecto renovación también se extendió a los goleadores históricos. La tabla que durante 80 años tuvo a Scarone como dueño de un registro casi inalcanzable, y a Romano como su escolta, encontró en Diego Forlán, primero, y Luis Suárez después, dos depredadores capaces de cambiar la historia.
Alcanza con repasar los números para comprenderlo. La tabla histórica de artilleros está así:
Luis Suárez, 39 goles
Diego Forlán, 36
Héctor Scarone, 31
Ángel Romano, 29
Óscar Omar Miguez, 27
Sebastián Abreu, 26
Pedro Petrone, 24
Aguilera y Piendibene, 23
El capitán, el técnico y el golero.
Y hay más. Con 146 partidos en la selección, Tabárez dobla al histórico campeón del mundo de 1950, Juan López. Además, va por su tercer Mundial.
No hubo capitán que llevara tantas veces la cinta como Lugano. Con 84 partidos como capitán no hay otro jugador en la historia que se le acerque.
En el Mundial de Sudáfrica, Fernando Muslera batió un récord cuando mantuvo más minutos su arco invicto que el histórico Ladislao Mazurkiewicz en el Mundial de 1970. El exguardameta de Peñarol se mantuvo 277 minutos sin recibir goles en torneo de México, el ex de Nacional llegó a 337 el 26 de junio de 2010.
Estos números reafirman el concepto de la refundación de la selección, que a comienzos del siglo XX vivió sus mejores momentos y en el siglo XXI recorre el mismo camino.